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Recopilación de fotografías antiguas de Dos Hermanas. Sus Fiestas, su Romería de Valme, su Semana Santa, acontecimientos puntuales, fotos de Calles y Plazas antes y ahora. Retablos Cerámicos de Dos Hermanas.

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Dos Hermanas, |

Alcoba

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Calle Alcoba
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ALCOBA. - Es una de las calles más antiguas de Dos Hermanas. Según Jesús Barbero (La Semana, 13 dic. 2017) «a mediados del siglo XVI, el lugar donde se asienta la calle Alcoba era un olivar sin apenas edificaciones destacadas, más allá de algún que otro pequeño almacén. Sin embargo, debido al incremento poblacional de Dos Hermanas ocurrido a finales del Quinientos, aquella zona comenzó a urbanizarse, tomando pronto el curioso nombre de 'Barrio Alto', pues, ciertamente, el lugar se encontraba un tanto elevado con respecto al colindante camino Real que conducía a la capital hispalense. Y formando parte de ese 'Barrio Alto' se encontraba esta calle que tratamos». Y añade que la primera mención de que se tiene noticia de esta vía es en el testamento de Juan de Torres, otorgado el 3 de enero de 1599. En él se habla de unas casas situadas «en la calle que dizen de los Alcobas», por lo que el origen de esta histórica vía no debe estar muy lejos del año reseñado. Alcoba fue una de las principales familias de Dos Hermanas a finales del siglo XVI y principios de la siguiente centuria. El primer miembro de esta familia del que tenemos constancia documental es Antón de Alcoba, que ya era vecino en Dos Hermanas en 1547. Esta familia pronto emparentaría con otras de gran relevancia en la historia nazarena, como los Pozas o los Rodríguez de Rivas. Destacó sobremanera Hernando de Alcoba, alguacil mayor del concejo de Dos Hermanas en dos ocasiones (1614 y 1635) y en esta calle que tratamos tuvieron propiedades, residiendo algunos de sus miembros en ella, prácticamente desde los inicios hasta bien entrado el siglo XX. De todas formas, la primera vez que aparece recogida en un padrón de vecinos fue en el formado el 30 de noviembre de 1631 con motivo de la venta de la villa al duque de Alcalá de los Gazules. Según este padrón, residían en ella un total de 213 personas. Su nombre podría recordar a aquel Hernando de Alcoba, al que se refiere el historiador Leandro José de Flores (Memorias históricas de Alcalá de Guadaíra», 1833 y Reed. Alcalá de Guadaíra, 1983, pág. 249), reproduciendo a su vez una apócrifa «Historia rara sobre Dos Hermanas, Orippo y la imagen de Santa Ana». Según esta crónica «un Montañés honrado Legionense llamado Hernando Alcoba vino de las Montañas el año de 1257 y después de haber visitado el cuerpo de San Fernando y a Nuestra Señora de los Reyes, salió él y su pariente de la ciudad de Sevilla, llegaron a las orillas del Betis y con algún descanso marcharon entre Oriente y Occidente, y a las tres millas encontraron el castillo tan celebrado de Cuartos y cabe él una capillita y en ella vieron y veneraron la imagen milagrosa con el título de Valme que el Santo Rey dejó para que la venerasen. A corta distancia llegaron a unas fuentes llamadas de Don Pelayo y marcharon por su arrecife, y a las dos millas del territorio de Orippo llegaron y de allí al castillo antiguo de Orippino Romano, donde estaba mi señora Santa Ana; y venerada le labró casa y con solemne procesión la colocó en ella; y en lo más alto de la cañada hizo su asiento, labró casas a su pariente, sus hijos y descendientes; y hecha la población la puso el debido nombre de lugar de Dos Hermanas; y le dieron sus vecinos a sus casas el nombre de la calle de los Alcobas, y la de los Caballeros, la Cruz de Rivas ...». En definitiva, una novelesca descripción que supone otra idea sobre el origen de Dos Hermanas, esta vez vinculado a la familia Alcoba. Hay que decir que el apellido Alcoba tuvo un gran peso en el siglo XVII, época en la que fraguaron muchas leyendas. Flores dice que estos Alcoba están emparentados con los Rivas, los Portillos y los Pozas». En el Padrón formado a 30 de noviembre de 1631, con motivo de la venta de Dos Hermanas al duque de Alcalá, su vecindario es el siguiente:
-Francisco Domínguez y su mujer Francisca de Molina, que tenía un hijo de su primer matrimonio y otra de este segundó.
-Ana de Moya, viuda, y un criado.- Pedro Martín de los Ángeles y su mujer Ana Correa con tres hijos.
-Pedro Martín de los Ángeles y su mujer Ana Correa con tres hijos.
-Pedro Martín de los Ángeles y su mujer Ana Correa con tres hijos.
-Remando Domínguez, viudo, con dos hijos.
-Fabián Romero y su mujer Juana Sánchez, con tres hijos y otra mujer viuda viviendo con ellos.
-María Navarra, viuda, con cuatro hijos. - Gonzalo Rodríguez y su mujer María Rodríguez. En la misma casa viven Juan Navarro y Catalina Díaz, con sus dos hijos.
-Pedro Domínguez, viudo con un hijo.
-Pedro Domínguez el Mozo y su mujer Leonor Ramos, con una hija.
-Marina Jiménez, viuda, con una hija.
-Francisco Jiménez y Catalina Jiménez, su mujer.
-Antón Martín y Elvira Bermúdez, con una hija.
-Francisco Gallegos y Catalina López su mujer y un hijo.
-Gonzalo Sánchez y Ana Navarro, con tres hijos.
-Gaspar Martín y Ana García, con un criado.
-Pedro Muñoz Alfaro y su mujer María López, con cuatro hijos.
-Martín Sánchez, ciego, con su mujer Catalina Márquez, una hija del primer matrimonio de Martín, otra del primer matrimonio de Catalina y una tercera hija de ambos.
-Silvestre de Flores e Isabel Navarro su mujer, y sus hijos María (12 años), Luisa (diez años), Catalina (ocho años) y Silvestre (pequeño). Se trata de la familia del eminente médico LÁZARO DE FLORES (V. la calle de su nombre), que nació aquí y vivió en Dos Hermanas hasta que, graduado en Medicina, embarcó para La Habana donde desarrolló su carrera y dejó su rastro en los anales de la ciudad cubana, escribiendo «El Arte de Navegar» (Madrid 1674), primer libro científico escrito en Cuba.
-Juan Jiménez Guijarro y Beatriz Correa. Vivían con ellos Diego Monje y su mujer Ana García, con una hija.
-Luis de Vera y Ana García con un hijo.
- Bartolomé Sánchez, «ciego de la vista», su mujer Juana Bautista y dos hijos.
-Alonso Gómez e Isabel Gómez, su mujer, con cuatro hijos.
-Marcos de Segura y María Ortiz con dos hijos.
-Francisco Díaz y María de la Cruz con dos hijos. Y en la misma casa Alonso Gutiérrez Avecilla y su mujer Juana Guillén.
-Clemente López y su mujer Isabel Márquez y una hija del primer matrimonio de Clemente.
-Juan Martín Salvador y su esposa Ana Gutiérrez, con tres hijos. Y con ellos Lucas Martín y Catalina Rodríguez.
-Catalina de Flores, soltera, y Margarita Rodríguez, viuda.
-Jerónimo López y su esposa María Gallega, con dos hijos.
-Pedro Martín y su mujer Catalina de Ribera.
-Juan Bautista y Ana de León, con dos hijos. En la misma casa viven Miguel Jerónimo Durán y Marina Núñez con dos hijos.
-Andrés Alonso y Magdalena Núñez. En la misma casa viven Andrés Gutiérrez e Isabel García con cinco hijos.
-Pedro Claros y Catalina García con dos hijos y el hermano de Catalina.
-Diego Alonso y María Jiménez, con una hija. en la misma casa Asencio Real y su mujer María Rodríguez con una hija.
-Andrés Barrera y su esposa Brígida Méndez con dos hijos.
-Pedro Gutiérrez y Micaela de Barba, con un hijo del primer matrimonio de Pedro.
-Diego Rodríguez y su mujer María de Mena con tres hijos.
-Juan Gómez Hermosilla y su mujer Ana de Reina con tres hijos. en la misma casa Ana de Torres, viuda con un hijo.
-Lucas Alonso con su mujer Juana Pérez y tres hijos.
-Francisco López Albarán y su mujer María de Nieves con cuatro hijos.
-Antón de Brenes y su mujer Francisca Martín con tres hijos.
-Cristóbal López y su esposa Juana de Alcoba con tres hijos.
-Francisca Martín, viuda, con tres hijos.
-Pedro Jiménez y su mujer María Rodríguez.
-Juan Jiménez y su mujer Catalina Rodríguez con un criado.
-Mateo Alonso y su mujer Ana de Segura y un hijo.
-Bartolomé Román y su mujer Catalina Jiménez con un hijo.
-Francisco Hernández Enríquez y su mujer Ana García con una hija.
-Gabriel Sánchez el Viejo y su mujer Catalina Jiménez con dos hijos. En la misma casa Gabriel Sánchez el Mozo y su mujer Francisca Ortiz con tres hijos.
En total 213 personas viven en la calle Alcoba, lo que denota su importancia. En el Catastro de Ensenada tiene 37 casas que en total miden 435 varas de frente (unos 348 metros) y 1.141 de fondo (unos 912,8 metros). De ellas, 5 son de dos plantas y el resto de una planta y un solar. Once casas están techadas de paja. Hay casas que, según la descripción de linderos, limitan con «el solar o callejón de Palomera», otras «con el Ejido» y una con la calle San Alberto. En el Repartimiento de 1836 figura con 24 contribuyentes y en el de 1876 con 87 casas. En pleno de 16 de abril de 1904 se alude a que en la calle Alcoba se encontraba la «Huerta Ntra. Sra. de las Mercedes», de Don Tiburcio Alba y Larios. Jesús Barbero relata que «en esta calle vivió también Juan Hidalgo (1792-1841), sacristán menor de la iglesia de Santa María Magdalena entre 1815 y 1818, y en ella poseía, además de su vivienda, un pequeño solar. Contrajo matrimonio con Josefa Sánchez, y tuvieron once hijos (un nieto suyo fue el conocido maestro de obras Francisco Hidalgo Carret). Falleció de manera trágica (ahogado en el río Guadalquivir) en 1841. En 1915, residía en el n.º 46 de la calle Alcoba José Borrego Vázquez, teniente coronel de Ingenieros. Y en ella vivió también Antonio Alonso Madueño (1902-1985), que llegó a ser concejal en los años de la II República». Barbero añade que «a principios del siglo XX comenzaron a proliferar los negocios en la calle Alcoba, dándole mayor vitalidad. De este modo, en 1915 existían las panaderías de Francisco Fernández Serrano, Manuel López Leal y de Manuel Rubio Cózar, José Pérez Montero ejercía su oficio de zapatero en el núm. 18 y en esos años tenían en ella una herrería José Rodríguez Martín en el núm. 17 y una carpintería José Salguero Martín. En 1921 Matías Cañada López tenía una barbería en el núm. 27, en el núm. 1 vivía el corredor José Valera Doval y en 1938 Antonio Camacho Barbero, poseía una tienda de comestibles en el núm. 63 y muy tenía otra tienda José Morales Cotán. Siendo como era ésta una calle de sencillos y humildes vecinos, el consistorio nazareno apenas puso interés en adoquinarla, por lo que siempre fue una calle terriza, hasta que fue asfaltada en la década de 1970. Por esos años existía en la esquina de la calle Alcoba con la actual avenida de Sevilla un taller de mecánica en general, regentado por Miguel Romero Ganga, conocido como 'el Pocas Perras'. También tenía su domicilio en esta calle el popular abogado nazareno Isidoro Junguito Moreno, que desempeñó también cargos corporativos durante las alcaldías de Manuel Rivero Monterior y Manuel Contreras de Soto. Esta calle ha formado parte del itinerario de varias hermandades, como Gran Poder y Santa Ana, y en ella tiene su sede la hermandad de Nuestra Señora del Rocío, inaugurada en 2002. En la actualidad, la calle Alcoba sigue manteniendo ese sabor 'a pueblo', siendo una tranquila vía. Creo que es la única calle antigua de Dos Hermanas que nunca ha cambiado de nombre, ni siquiera en el habla popular, y sigue manteniendo su nombre en la actualidad».

Fuente texto: Las Calles de Dos Hermanas y su historia.- Pedro Sánchez Núñez.

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