Antonio Alanís Jiménez
Nace en Dos Hermanas en la calle Marea (luego, Galileo Galilei, hoy Sta. María Magdalena) en el Corral de Vecinos de la Plazoleta, el día 19 de septiembre de 1875. A su familia se le conocía por los «Cojollos» y a él así se le conoció siempre.No asiste a la Escuela Pública, al no existir la misma por aquellos tiempos y no poder pagar su padre un Maestro de Escuela a domicilio. Desde muy pequeño se incorpora con su padre a las tareas agrícolas por cuenta ajena. Como soldado de Infantería de Marina se incorpora al Ejército el 7 de Mayo de 1894, embarcando para Cuba: era un soldado de 1,82 de estatura; desembarca en La Habana, tras 22 días de navegación. Entra en combate contra los insurrectos cubanos en las cercanías de Camagüey contra la columna del General Máximo Gómez, cuya carga al machete es horrible. No hay ni vencedores ni vencidos, pero sí muchas bajas por ambas partes; su Jefe el Comandante Cirujeda, es herido. Durante un año entra en combate cerca de 40 veces; cae enfermo del «vómito negro» lo atiende un médico sevillano —el Capitán Sangrán—, salva la vida, y nuevamente participa en los combates. El 10 de octubre de 1896, con el Comandante Cirujeda, entra en un esporádico ataque cerca de San Pedro, en Punta Brava, contra unos escuadrones de caballería cubana al mando de Antonio Maceo Grajales, General y uno de los líderes de la Insurrección Cubana. Tras tres horas de cargas al machete, sablazos y disparos, muere el General Maceo y los cubanos se retiran con su cadáver; el Comandante Cirujeda ordena toque de clarín y las fuerzas españolas presentan armas al líder cubano caído bravamente. Nuestro biografiado salvó la vida por llevar en la mochila un plato de latón: allí descargó un mambís su machete.
Carnét de Excombatiente de la Guerra de Cuba.
Vuelve a la Habana a reponer fuerzas; durante todo el año 1897 combate en todas las regiones de Cuba: Oriente, Camagüey, Las Villas Matanzas, Pinar del Río. Pero el empuje del ejército. Insurrecto Cubano es ya de una potencia tal que los españoles prácticamente se atrincheran en La Habana; las famosas trochas ideadas por el Capitán General de España, solo consiguen retrasar un poco la Guerra. El 15 de febrero de 1898 estando de posta en el Castillo del Morro, ve la explosión del acorazado norteamericano «Maine» en la Bahía de la Habana; se produce la
Hundimiento del Maine.
intervención yanqui y es trasladado a la provincia de las Villas a San Juan de los Remedios y participa en la batalla contra la caballería norteamericana dirigida por Theodore Roosevelt (luego presidente de los EE.UU.) en las llamadas «Colinas de San Juan». Se produce la destrucción de la Escuadra española en la bahía de Santiago de Cuba el día 3 de julio de 1898, al mando del Almirante Cervera, por la Escuadra de los EE.UU. del Almirante Sampson; ante este hecho, España capítula y es evacuado a La Habana; regresando a la Península Ibérica en Octubre.
Una vez más como obrero agrícola comienza su trabajo; pero ocurre que hay que llevar una partida de reses de lidia a la República Mexicana y nadie quiere hacer un viaje en barco al cuidado de las reses.
El Reina Mercedes hundido. Detrás se aprecia la fortaleza de El Morro.
Él se ofrece y embarca para Méjico en el puerto de Cádiz en Enero de 1901, desembarcando en el puerto de Veracruz; hace un largo viaje por tierras mexicanas hasta Uruapan cerca de la capital federal, donde hace entrega de las reses bravas y lo contratan por dos meses en el Hacendado «Piedras Negras» para seguir cuidando los toros sementales y vacas. Un domingo hay un rodeo en el Hacendado al que asiste el Presidente de la República, el General Porfirio Díaz,que observa la destreza de nuestro paisano para enlazar reses; pregunta por él y le dicen que es un español que ha traído las reses bravas desde España. Lo llama y mantiene un breve dialogo y le ofrece el empleo de Guardia Federal en el Parque de Ciudad de México; pero ejerce por poco tiempo: Una mañana unos mexicanos hartos de tequila, están armando escándalo y les llama la atención, uno de ellos saca un revólver y le hace varios disparos al tiempo que grita ¡español gachupino!. Lo desarma y lo entrega a las Autoridades, vuelve al Parque y tiene que enfrentarse a los otros, mantiene una pelea y los vence; pero tiene que irse del empleo, pues los mexicanos le han jurado darle un tiro en la cabeza. Se coloca por mediación del General Porfirio Díaz, en un Hospital, dando muestras de una excelente habilidad en todo cuanto se le encarga; se comienza a instalar los tranvías. No acepta, la nostalgia de España le está haciendo mella. Pide saludar al Presidente de la República antes de irse y éste le recibe una tarde, departiendo con él y lamentando su marcha, ya que el General Porfirio Díaz, había comprado un rancho y tenía intenciones de nombrarlo caporal del mismo. Embarca en Tampico para España adonde llega por las Navidades; casi había estado un año en México. Casa el 1902 con Dolores Alonso Baturones, de cuyo matrimonio tiene 4 hijos; hasta su jubilación es un trabajador agrícola por cuenta ajena. Muere casi a los 85 años de edad el 9 de febrero de 1960.
Fotos: Hundimiento del Maine, Periódico La Semana; Crucero Reina Mercedes, www.gehm.es; General Porfirio, archivo.e-consulta.com; Antonio Alanís Jiménez, archivo familiar.
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