...¡Y el Papa vino a Dos Hermanas! ¿Quien lo hubiera dicho hace dos años que, un día casi veraniego, casi de improviso, el Papa se pasearia por la calle Botica en su Papamóvil?. Sevilla, sumida aún en el agridulce sopor de la nostalgia de los grandes fastos de la Expo'92, se encontraba de nuevo en el ojo del huracán informativo. Sus calles se llenaban de gente variopinta convocadas, esta vez, a un acontecimiento singular: la "Statio Orbis", el XLV Congreso Eucarístico Internacional convocado solemnemente desde Seúl en 1989, bajo el lema "Christus Lumen Genfium".
En el programa de los actos del Congreso brillaba con luz propia la presencia del Papa, que llegó a Sevilla el día 12 de junio a las 10.55 y partió hacia Madrid en la mañana del día 15 de junio, tras una amplia y agotadora agenda de actividades, que dejaba ostensible huella en su venerable ancianidad. Junto al contenido puramente eclesial del Congreso y, por lo tanto, de la visita del Papa, se quiso también testimoniar la preocupación de la Iglesia en favor de los desvalidos, la solidaridad con los marginados en un acto que abrazara las últimas realizaciones en este campo, amplias e importantes, entre las que destacan las diversas iniciativas llevadas a cabo en Dos Hermanas: Si en el centro urbano se construye la Residencia de Ancianos "San Rafael", no lejos la Santa Caridad construyó su casa "Venerable Mañara", en terrenos de Quinto, para atender personas con minusva¬lías importantes, que serán asistidas por los Hermanos de la Cruz Blanca. Caritas Interparroquial realizaba una Residencia de Ancianos en unos solares de la Parroquia de San Gonzalo, en Sevilla. En Castillejo se construía un grupo de viviendas sociales por la Asociación de Empleadas del Hogar, en colaboración con el Real Patronato de Casas Baratas. Nuevos también eran los complejos parroquiales del Ave María en Dos Hermanas y de la Beata Ángela de la Cruz en Sevilla, entre otros. Y, por encima de todos, el "Proyecto Hombre", un ambicioso programa de ayuda al droga- dicto.
Todas estas obras serían bendecidas por el Papa pero, al no poder desplazarse a cada uno de los lugares, se eligió una de ellas como punto de referencia. La elección recayó en nuestra Residencia de Ancianos "San Rafael", levantada por la Compañía de Jesús, con la colaboración de un Patronato del que forman parte seglares y bienhechores. Se trata de un moderno edificio, proyectado 'por el Arquitecto Álvaro Gómez de Terreros Sánchez, que se alza entre las calles Juan de Mena, la Ronda Urbana en su fachada a la Autovía Sevilla-Dos Hermanas y la Casa de Ejercicios que la Compañía tiene en la calle Doctor Fleming, en terrenos de la antigua Huerta de San Rafael o de Sangrón. La casa tiene capacidad para 60 personas: 48 ancianos necesitados, 5 sacerdotes jubilados y 7 religiosas, acogidos de forma prácticamente gratuita, ya que aportan el 75 % de sus ingresos, si los tienen. El equipo técnico de la Residencia está compuesto por dos médicos, 2 religiosas ATS y dos religiosas Auxiliares de Clínica. Estas religiosas pertenecen a la Orden de Religiosas Josefinas de la Caridad de Vic. Hay un Director Gerente, de la Compañía de Jesús, ayudado por dos gestores voluntarios, y un grupo de señoras que ayudan a las religiosas desinteresadamente, aparte de una plantilla de 7 u 8 personas contratadas y cuatro sacerdotes ancianos.
Este fue el motivo de la Visita del Papa a Dos Hermanas, que muchos nazarenos no tuvieron la suerte de presenciar por el brusco cambio de la hora prevista, que se adelantó casi una hora sin previo aviso, y por los complejos entresijos de los servicios de protocolo y seguridad.
Tras una mañana intensa, en la que se celebró la Clausura del Congreso con una multitudinaria Misa en el Campo de Feria de Sevilla, y una vez tuvo lugar la despedida del Papa de los Delegados Nacionales, Juan Pablo II y su séquito emprendieron el camino hacia Dos Hermanas. Por la Carretera antigua Bellavista-Dos Hermanas, a la altura de la pista de exámenes de conducir, el Papa abandonó el Mercedes en que se desplazaba y subió al Papamóvil, entrando en Dos Hermanas por la Venta de las Palmas, Avda. de Sevilla, calle Botica, Santa María Magdalena y Dr. Fleming, llegando a la Residencia San Rafael a las 16.45 del domingo 13 de junio de 1993, festividad de San Antonio. Con el Papa venían el Delegado Pontificio en el Congreso Eucarístico, el Cardenal Arzobispo de Santo Domingo Nicolás de Jesús López Rodríguez; el Nuncio de S.S. en España, Mario Tagliaferri; el Arzobispo de Sevilla Fray Carlos Amigo Vallejo; el Vicario General del Arzobispado y altos dignatarios de la Curia vaticana y del Arzobispado. Acompañaba a la comitiva personal del Servicio de Protocolo del Estado, bajo la dirección de Luis Reverter.
A la puerta de la Residencia, saludó y dió la bienve¬nida al Papa el Alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano Sánchez, que le presentó a la representación municipal integrada por los Tenientes de Alcalde, José López Guisado, Francisco Morales Zurita, los Concejales Rosario González Martínez y María Teresa Rodríguez Carrasco y el Secretario de la Corporación José Joaquín de Benavides y Herrera.
Tras el protocolo de la Ciudad, saludaron al Papa los Párrocos de las cinco parroquias de Dos Hermanas y seguidamente, Su Santidad entró en la Residencia, donde fue recibido por el Padre José María Mier Terán, Director de la Casa, que le presentó al Provincial de los Jesuitas el Padre Manuel Tejera, a la Madre General de la Congregación de Hermanas Josefinas de la Caridad de Vic y a la Comunidad que atiende el Centro, presidida por la Madre Oliva González Gálvez, así como al personal del Centro, que con profunda emoción reci¬bieron al Papa. Se encontraban también presentes Javier Benjumea, José María Rodríguez Argueso y Cristóbal Mier Terán, miembros del Patronato que gestiona la Residencia.
Ya en el interior de la Residencia, el Papa recorrió el pasillo donde se encontraban expuestas fotografías y maquetas de las obras sociales cuya inauguración se celebraría desde Dos Hermanas, escuchando atenta¬mente las explicaciones de los responsables de las mismas y bendiciéndolas una por una.
Una vez llegó a la Capilla del Centro, el Papa se arrodilló ante el Sagrario y permaneció en oración cerca de quince minutos. En la capilla se encontraban los ancianos acogidos en el Centro, que no podían contener su emoción ante la presencia del Papa, al que contemplaban con los ojos anegados en lágrimas y con una mezcla de profundo respeto pero también de incredulidad ante su presencia.
Sentado ya el Papa en un sillón en medio del presbiterio de la capilla, se dirigió a los presentes el Arzobispo de Sevilla, explicando la significación del acto que se estaba desarrollando. A continuación, el Padre Mier, Director del Centro, dirigió unas breves palabras de salutación, en las que resaltó el esfuerzo que supuso la construcción de la Residencia y su puesta en marcha y, sobre todo, el gozo de la visita del Papa.
Pero el momento cumbre se produjo cuando el Papa tomó la palabra y, a lo largo de diez minutos, pronunció una alocución que los medios de comunicación y los especialistas señalaron como la de más hondo contenido social de todas las que el Papa pronunció durante su visita a España. En ella, Juan Pablo II pidió a los responsables públicos "que hagan un esfuerzo en favor de la Justicia, la libertad y el desarrollo" y que "dediquen lo mejor de sí en potenciar los valores fundamentales de la convivencia social: la solidaridad, la defensa de la verdad, la honestidad, el diálogo, la responsable participación de los ciudadanos a todos los niveles". Se refirió luego el Papa al "imperativo ético y la voluntad de servicio" como constante punto de referencia en el ejercicio de las funciones públicas.
El Papa continuó exhortando a empresarios y trabajadores, desde sus respectivas responsabilidades en la sociedad, "a la solidaridad efectiva...para luchar contra la pobreza y el paro, humanizando las relaciones laborales y poniendo siempre a la persona humana, su dignidad y derechos, "por encima de los egoísmos e intereses de grupo".
Terminó sus palabras con una alusión muy especial a Dos Hermanas: "Que la Santísima Virgen María, a quien honráis en esta villa de Dos Hermanas con la antigua advocación de Valme, nos ayude con su intercesión gloriosa para que en todas nuestras obras resplandezca la luz de Cristo"
La prensa ponderó la importancia de las palabras del Papa. Para unos constituyeron un "varapalo a los políticos".("YA"); para otros, "el discurso de mayor contenido político" ("El Correo de Andalucía"); otros medios, en fin, señalan su "valerosa decisión de no limitar su mensaje al terreno de lo espiritual", hablando "con el corazón en la mano y los pies en la tierra" ("ABC").; "Diario 16" puntualizaba, en portada de su edición del 14 de junio, que desde Dos Hermanas "El Papa condena la corrupción política y pide honestidad a los gobernantes”. Tras la lectura de su discurso, el Papa dió su bendición a todos los presentes y luego, rompiendo todo protocolo, departió con los ancianos, saludándolos uno a uno y regalándoles rosarios o bendiciendo las medallas que le presentaban. En estos momentos aprovechó la ocasión para comentar lo acertado del nombre de la Residencia, señalando que Rafael significa "Medicina de Dios" e indicando que fue el Arcángel que condujo a Tobías, no sin preguntar si había dicho correctamente este nombre en castellano. En estos momentos de saludo personal a los ancianos, en un ambiente de gran emotividad y con una admirable sencillez, el Papa pareció desprenderse del cansancio de su intensa actividad y salió de este encuentro con una vitalidad nueva. No dejó de interesarse por Dos Hermanas y preguntó por lo más señalado del pueblo y sus características, no sin hacer una pequeña broma al comentar que, por lo que veía, vivirían aquí "más de dos hermanas".
Ya de nuevo en el "hall" de la residencia, procedió a inaugurar una inscripción cerámica colocada ¡unto a la entrada, con el siguiente texto: "IN MEMORIAM / JOANNES PAULUS II PONTIFEX MAXIMUS / HANC DOMINI DOMUM INAUGURAVIT / ANNO MCAAX- CIH". Seguidamente, en una mesa allí instalada, procedió a firmar en el Libro de Oro de la Ciudad y en el de la Residencia, que se inauguraba con su visita.
En la puerta fue despedido por el Alcalde de Dos Hermanas, con quien departió breves instantes haciendo referencia al contenido de las palabras que había pronunciado en la Capilla.
Hacia las 18 horas, el Mercedes azul con la bandera pontificia enfilaba la calle Cristóbal Colón para emprender el regreso a Sevilla, en medio de los aplausos de una multitud expectante que despidió con calor al Papa, en una visita breve pero intensa que quedará grabada para siempre en los anales de la Ciudad, como permanece viva en el recuerdo de quienes tuvieron la fortuna de ser testigos de ella.
Fuente:Revista de Feria 1994.
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