ROMERA.- Sucesivamente llamada Juan Romero, Romera, Morillo Vidal, Pedro Parias y Romera. En el padrón formado en 1631 al comprar la villa el Duque de Alcalá aparece la calle Juan Romero, que más tarde pasaría a llamarse,
como en la actualidad, Romera. - El vecindario de esta calle en el citado padrón de 1631 es el siguiente:
-Alonso Pérez y Juana Bautista con dos hijos.
-Juan Rodríguez e Inés Vázquez con tres hijos.
-Antón de la Rosa y María Rodríguez.
-Martín Sánchez y María del viso con tres hijos.
-Sebastián García y Sebastiana Martín con dos hijos.
-Justo Sánchez y María Esteban.
-Agustín Hernández y Ana Jacinta con dos hijos.
-Juan Gómez y Leonor Jiménez con cinco hijos.
-Pedro García y Juana Rodríguez con un hijo.
-Juan Domínguez y María de la Vera con una hija.
-Cristóbal Díaz y Ana Díaz con dos hijos.
-Francisco de Vera y Ana Jiménez con una hija. En la misma casa vive María Lozana, viuda.
- Cristóbal Jiménez y Catalina Suárez con dos hijos.
-Juan Romero y Leonor Rodríguez con cinco hijos.
-Gonzalo Hernández y domingo González “su hermano”. En la misma casa viven también Manuel Rodríguez y María Rodríguez su mujer.
-Francisco Muñoz e Isabel López.
-Francisco Hernández e Isabel Domínguez con cuatro hijos.
Tenía, pues, 18 casas y dos de vecinos y un total de 74 vecinos (“Dos Hermanas en el siglo XVII”, pág. 97) En el Catastro de Ensenada sigue apareciendo la calle Romera. En cambio, en el Repartimiento de Contribución de 1830 y 1836 no figura la calle Romera. El hermoso torreón que está en la esquina de esta calle con la actual plaza del Emigrante, hoy día ocupado su bajo por el "Bar Esperanza". perteneció a Joaquín Durán López y en una reseña del acta de 6 de mayo de 1921 (f. 40) se señala que “hace esquina y linda con la calle del Pinar'" y que figura inscrito en el Registro de la Propiedad al Tomo 73, libro 14. folio '.209, finca 628. Era la Hacienda de Pino, Penis o del Lanero. En el callejero de 1931 figura con el nombre de calle Morillo Vidal, comprendida entre la plaza de Pablo Iglesias. cruce con la calle Castelar y termina en la calle Fernando de los Ríos. Al terminar la Guerra recibe el nombre de Pedro Parias. político sevillano natural de Peñaflor. que fue Presidente de la Diputación sevillana de ,1928 a 1930 y Gobernador Civil de Sevilla al hacerse cargo del mando militar el General Queipo de Llano en 1936. muriendo en 1938 durante el desempeño de dicho cargo., El nombre actual de calle ROMERA le fue devuelto por acuerdo plenario de 26 de diciembre de 1979 en sustitución del de Pedro Parías.
Jesús Barbero, en su habitual colaboración del diario "La Semana", relata así los detalles de esta calle: "Los orígenes de la calle Romera se encuentran en los primero años del siglo XVII, siendo el primer tramos (el comprendido entre las calles Canónigo y Manuel de Falla) el más antiguo de los dos que conforman esta vía. Su nacimiento está estrechamente ligado al crecimiento demográfico que experimentó nuestra villa en aquellas fechas. Y aunque hasta bien entrado el siglo XIX tuvo la consideración de una simple callejuela, pronto apareció en los padrones de vecinos de la villa. El de 1631, confeccionado con motivo de la venta de Dos Hermanas al duque de Alcalá, fue el primero que recogió esta vía. Para entonces, poseía 18 casas y 74 vecinos , siendo todos ellos humildes jornaleros. En el primer tercio del siglo XVIII, se construyó en los inicios de la calle la hacienda del Lanero, cuyo mirador, es uno de los elemenmtos más destacados de la calle Romera. A lo largo de aquella centuria y a principios de la siguiemete, el crecimiento de la calle quedó en cierto modo estancado. De esta manera, en el padrón de la Contribución Territorial de 1819 se apunta la existencia de tan solo 19 casas. Sin embargo, el fuerte crecimiento demográfico experimentado en Dos Hermanas a partir de la llegada del ferrocarril y la apertura de los primeros almacenes de aceitunas y de la fábrica de tejidos de yute, favoreció la construcción de nuevas viviendas en esta vía. Así, en el padrón parroquial de 1892 aparecen recogidos 190 habitantes y 52 casas. Para entonces, la calle de la Romera presentaba un lamentable estado al ser terriza y las autoridades locales apenas le prestaban atención. De hecho, no se vio beneficiada cuando se instaló el alumbrado público eléctrico en la villa en 1903. Tampoco en esos inicios del siglo XX era una calle comercial. Los primeros negocios en esta vía abrieron sus puertas a partir de la década de 1920. De todos ellos destacaremos tres: la carbonería que en 1946 tenía José Crespo Romero, Cooperativa de Obreros Panaderos La Emancipación, constituida en mayo de 1934- y muy bien estudiada por Manuel Espada en la Revista de Feria de 2002, y la imprenta Rublán, propiedad de Miguel Rubio Terrero, que estuvo ubicada en el número 7 de esta calle. A lo largo de los años, la calle de la Romera ha formado parte del itinerario de numerosas cofradías (como Santo Entierro o la Borriquita) y de la Cabalgata de Reyes Magos, y muy recientemente se han llevado a cabo ciertas obras que le han dado su actual aspecto. Por un lado, en 2013 se procedió a la peatonalización del primer tramo, y, por otro, en 2017-2018 se hicieron obras de acondicionamiento y pavimentación en el segundo. Al poco de aparecer esta histórica calle, los vecinos de la villa comenzaron a nombrarla callejuela de Juan Romero, por la casa que allí tenía este nazareno. Pero sería su esposa, Leonor Rodríguez, apodada 'la Romera' (era común que la esposa fuese conocida con un apodo derivado del apellido del marido) la que daría el nombre tradicional a la calle tiempo después. Y así, con la denominación de callejuela o calle de la Romera prosiguió a lo largo de los siglos XVIII y XIX, hasta que, en 1900, la corporación municipal, en manos, recordemos, de la coalición conservadora-tradicionalista, decide bautizarla como calle Morillo Vidal, en recuerdo del presbítero José María Morillo Vidal (1788-1866), cura beneficiado y servidor de la parroquia de Santa María Magdalena entre 1836 y 1866, y muy querido en el pueblo. Con tal nombre estuvo hasta que en 1937 se dio un nuevo cambio. En esa fecha, el consistorio decidió ponerle el nombre de Pedro Parias, en honor del entonces gobernador civil de Sevilla, Pedro Parias González (1876-1938). Bajo el mandato de Manuel Benítez Rufo [1979-1983], se resolvió devolver a esta vía su primitiva y tradicional denominación, por lo que en 1980 pasó a ser llamada Romera, nombre que aún sigue manteniendo. Por otra parte, existe un documento notarial de junio de 1889 que dice que esta calle se denominó callejón de Pini, en clara referencia a la antigua hacienda del Lanero o de Peni (Pini en el habla popular). Sin embargo, no hemos encontrado ningún documento más que asevere aquella afirmación. En buena parte de la acera izquierda de esta calle se alzó una importante y desconocida hacienda, llamada del Lanero o de Peni. Esta segunda denominación procede del apellido del primer propietario del que se tiene constancia documental: Francisco del Campo y Penin del Pozo (1658-1728). De esta hacienda sólo se conserva la torre-mirador, construida en 1732, y ubicada en la esquina con la actual plaza del Emigrante. Ya en los inicios del siglo XIX se producía en la bodega de esta hacienda un vino dulce conocido por el pueblo como Sangre de Cristo. Un vino que tuvo gran predicamento en nuestra entonces villa. En los años 70, gran parte de la hacienda (la torre-molino, portada principal...) cayó irremediablemente víctima de la piqueta, salvándose, por fortuna, el mirador.
-Alonso Pérez y Juana Bautista con dos hijos.
-Juan Rodríguez e Inés Vázquez con tres hijos.
-Antón de la Rosa y María Rodríguez.
-Martín Sánchez y María del viso con tres hijos.
-Sebastián García y Sebastiana Martín con dos hijos.
-Justo Sánchez y María Esteban.
-Agustín Hernández y Ana Jacinta con dos hijos.
-Juan Gómez y Leonor Jiménez con cinco hijos.
-Pedro García y Juana Rodríguez con un hijo.
-Juan Domínguez y María de la Vera con una hija.
-Cristóbal Díaz y Ana Díaz con dos hijos.
-Francisco de Vera y Ana Jiménez con una hija. En la misma casa vive María Lozana, viuda.
- Cristóbal Jiménez y Catalina Suárez con dos hijos.
-Juan Romero y Leonor Rodríguez con cinco hijos.
-Gonzalo Hernández y domingo González “su hermano”. En la misma casa viven también Manuel Rodríguez y María Rodríguez su mujer.
-Francisco Muñoz e Isabel López.
-Francisco Hernández e Isabel Domínguez con cuatro hijos.
Tenía, pues, 18 casas y dos de vecinos y un total de 74 vecinos (“Dos Hermanas en el siglo XVII”, pág. 97) En el Catastro de Ensenada sigue apareciendo la calle Romera. En cambio, en el Repartimiento de Contribución de 1830 y 1836 no figura la calle Romera. El hermoso torreón que está en la esquina de esta calle con la actual plaza del Emigrante, hoy día ocupado su bajo por el "Bar Esperanza". perteneció a Joaquín Durán López y en una reseña del acta de 6 de mayo de 1921 (f. 40) se señala que “hace esquina y linda con la calle del Pinar'" y que figura inscrito en el Registro de la Propiedad al Tomo 73, libro 14. folio '.209, finca 628. Era la Hacienda de Pino, Penis o del Lanero. En el callejero de 1931 figura con el nombre de calle Morillo Vidal, comprendida entre la plaza de Pablo Iglesias. cruce con la calle Castelar y termina en la calle Fernando de los Ríos. Al terminar la Guerra recibe el nombre de Pedro Parias. político sevillano natural de Peñaflor. que fue Presidente de la Diputación sevillana de ,1928 a 1930 y Gobernador Civil de Sevilla al hacerse cargo del mando militar el General Queipo de Llano en 1936. muriendo en 1938 durante el desempeño de dicho cargo., El nombre actual de calle ROMERA le fue devuelto por acuerdo plenario de 26 de diciembre de 1979 en sustitución del de Pedro Parías.
Jesús Barbero, en su habitual colaboración del diario "La Semana", relata así los detalles de esta calle: "Los orígenes de la calle Romera se encuentran en los primero años del siglo XVII, siendo el primer tramos (el comprendido entre las calles Canónigo y Manuel de Falla) el más antiguo de los dos que conforman esta vía. Su nacimiento está estrechamente ligado al crecimiento demográfico que experimentó nuestra villa en aquellas fechas. Y aunque hasta bien entrado el siglo XIX tuvo la consideración de una simple callejuela, pronto apareció en los padrones de vecinos de la villa. El de 1631, confeccionado con motivo de la venta de Dos Hermanas al duque de Alcalá, fue el primero que recogió esta vía. Para entonces, poseía 18 casas y 74 vecinos , siendo todos ellos humildes jornaleros. En el primer tercio del siglo XVIII, se construyó en los inicios de la calle la hacienda del Lanero, cuyo mirador, es uno de los elemenmtos más destacados de la calle Romera. A lo largo de aquella centuria y a principios de la siguiemete, el crecimiento de la calle quedó en cierto modo estancado. De esta manera, en el padrón de la Contribución Territorial de 1819 se apunta la existencia de tan solo 19 casas. Sin embargo, el fuerte crecimiento demográfico experimentado en Dos Hermanas a partir de la llegada del ferrocarril y la apertura de los primeros almacenes de aceitunas y de la fábrica de tejidos de yute, favoreció la construcción de nuevas viviendas en esta vía. Así, en el padrón parroquial de 1892 aparecen recogidos 190 habitantes y 52 casas. Para entonces, la calle de la Romera presentaba un lamentable estado al ser terriza y las autoridades locales apenas le prestaban atención. De hecho, no se vio beneficiada cuando se instaló el alumbrado público eléctrico en la villa en 1903. Tampoco en esos inicios del siglo XX era una calle comercial. Los primeros negocios en esta vía abrieron sus puertas a partir de la década de 1920. De todos ellos destacaremos tres: la carbonería que en 1946 tenía José Crespo Romero, Cooperativa de Obreros Panaderos La Emancipación, constituida en mayo de 1934- y muy bien estudiada por Manuel Espada en la Revista de Feria de 2002, y la imprenta Rublán, propiedad de Miguel Rubio Terrero, que estuvo ubicada en el número 7 de esta calle. A lo largo de los años, la calle de la Romera ha formado parte del itinerario de numerosas cofradías (como Santo Entierro o la Borriquita) y de la Cabalgata de Reyes Magos, y muy recientemente se han llevado a cabo ciertas obras que le han dado su actual aspecto. Por un lado, en 2013 se procedió a la peatonalización del primer tramo, y, por otro, en 2017-2018 se hicieron obras de acondicionamiento y pavimentación en el segundo. Al poco de aparecer esta histórica calle, los vecinos de la villa comenzaron a nombrarla callejuela de Juan Romero, por la casa que allí tenía este nazareno. Pero sería su esposa, Leonor Rodríguez, apodada 'la Romera' (era común que la esposa fuese conocida con un apodo derivado del apellido del marido) la que daría el nombre tradicional a la calle tiempo después. Y así, con la denominación de callejuela o calle de la Romera prosiguió a lo largo de los siglos XVIII y XIX, hasta que, en 1900, la corporación municipal, en manos, recordemos, de la coalición conservadora-tradicionalista, decide bautizarla como calle Morillo Vidal, en recuerdo del presbítero José María Morillo Vidal (1788-1866), cura beneficiado y servidor de la parroquia de Santa María Magdalena entre 1836 y 1866, y muy querido en el pueblo. Con tal nombre estuvo hasta que en 1937 se dio un nuevo cambio. En esa fecha, el consistorio decidió ponerle el nombre de Pedro Parias, en honor del entonces gobernador civil de Sevilla, Pedro Parias González (1876-1938). Bajo el mandato de Manuel Benítez Rufo [1979-1983], se resolvió devolver a esta vía su primitiva y tradicional denominación, por lo que en 1980 pasó a ser llamada Romera, nombre que aún sigue manteniendo. Por otra parte, existe un documento notarial de junio de 1889 que dice que esta calle se denominó callejón de Pini, en clara referencia a la antigua hacienda del Lanero o de Peni (Pini en el habla popular). Sin embargo, no hemos encontrado ningún documento más que asevere aquella afirmación. En buena parte de la acera izquierda de esta calle se alzó una importante y desconocida hacienda, llamada del Lanero o de Peni. Esta segunda denominación procede del apellido del primer propietario del que se tiene constancia documental: Francisco del Campo y Penin del Pozo (1658-1728). De esta hacienda sólo se conserva la torre-mirador, construida en 1732, y ubicada en la esquina con la actual plaza del Emigrante. Ya en los inicios del siglo XIX se producía en la bodega de esta hacienda un vino dulce conocido por el pueblo como Sangre de Cristo. Un vino que tuvo gran predicamento en nuestra entonces villa. En los años 70, gran parte de la hacienda (la torre-molino, portada principal...) cayó irremediablemente víctima de la piqueta, salvándose, por fortuna, el mirador.
Fuente texto: Las Calles de Dos Hermanas y su Historia.- Pedro Sánchez Núñez
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